El gato en la ventana


Es de noche y le siento maullar, me molesta, le tiro un zapato para que se calle, le golpea y cae mal sobre unas latas de zinc y queda herido. Maulló dos días más quejándose, no le presté ayuda por lo irritado que estaba. Ayer dejó de maullar para siempre.

Hoy tampoco puedo dormir, después de todo, creo que lo hecho de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Despertar

  Algo pasó esta mañana diferente a mis otros rutinarios días. Desde el derrame cerebral que me dejó tetrapléjico llevo meses contemplando...