Es tiempo de contemplación, desde la meseta de mis años observo la llanura de mi pasado y el pasto es verde, frondoso. Entonces abro las alas de mi espíritu y planeo de vez en cuando, y me elevo a cada instante buscando la plenitud de mi vida.
Vivir el ahora
Sé que suena fácil decir "si yo lo hago, yo vivo el ahora"...la cosa es que mientras más le doy vueltas al asunto, algo que debiera ser tan normal se ve tan difícil de lograr a ratos, pues mi mente viaja hacia el pasado y el futuro en un torbellino endemoniado que me arrastra, ya sea porque pienso en trabajo pendiente, o en la sensación que me causa la canción que escucho en este instante, y que me lleva al recuerdo de un antiguo amor. Lo cierto es que hoy tengo plena conciencia de donde está mi mente, a veces se me descontrola como un cachorro que saco a pasear sin correa y que por más que intento atraparle se me escabulle sin lograr darle alcance. Otras, sin embargo, mantengo el control de la correa del ahora y aunque el cachorro del inconsciente desea llevarme para atrás o delante, lo obligo a caminar a mi lado, recordándole que tengo el control.
Sin duda que es muy parecido a cuando uno empieza a meditar y te dicen, deja tu mente en blanco, cerramos los ojos y entonces la mente como un niño desobediente comienza a correr para todas partes, y te acuerdas de las cosas más inverosímiles, la cosa es no hacer caso a dejar la mente en blanco.Pero como todo en la vida, la práctica hace al maestro, y entonces tu respiración es controlada, las pulsaciones de tu corazón y todo tu organismo, logra la relajación y conexión espiritual, entras en armonía con el cosmos. Por eso, te invito a respirar, a que dejes de pensar lo que harás mañana, ese mañana que será supuestamente distinto, ese que va a hacer que "las cosas milagrosamente cambien". Nada cambia así como así, siempre se debe a algo, por eso ese mañana nunca va a llegar (porque no existe más que en tu mente) y las cosas buenas o malas del pasado, son sólo eso, cosas malas o buenas del pasado que deben quedar en esa dimensión y que no debes traerlas contigo. Tú dirás que hay cosas que marcan, es cierto, pero no traigas contigo el eterno suceso, rescata lo que haya que rescatar y del resto desaste.
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