
Tú ni siquiera lo sabes,
pero anoche soñé contigo,
cumplí mi deseo
y sentí la dulzura de tus besos,
la complicidad de los afectos encendidos,
y por un instante,
la vida me pareció más dulce.
La madrugada me arrebató la nostalgia,
y me descubrí
nuevamente en compañía de la soledad,
pero sonreí de dicha,
al saber que al menos en un sueño
pude tus labios sentir.
Seguirá la vida, seguirá la tuya y la mía,
por caminos distintos,
incluso ajenos totalmente,
pero yo podré cerrar los ojos
y por un instante recordar tus besos,
y la vida no me parecerá tan mesquina.
Quizás en otra vida, podrás ser mía,
en tanto seguiré soñando,
con la sola esperanza que algún día,
abriré los ojos,
y estarás conmigo.
Tú ni siquiera lo sabes,
pero anoche soñé contigo.