Es tiempo de contemplación, desde la meseta de mis años observo la llanura de mi pasado y el pasto es verde, frondoso. Entonces abro las alas de mi espíritu y planeo de vez en cuando, y me elevo a cada instante buscando la plenitud de mi vida.
Desde mi ventana
Hoy amaneció lloviendo, desde la ventana de mi cocina, podía ver mi flor del inca (que hace poco había trasplantado) como reía con las gotas de lluvias que acariciaban sus hojas, la acompañaban la higuera, un damasco y tres ciruelos, que movían sus ramas, mientras un pequeño picaflor volaba entre sus hojas...la radio prendida, una bella música, y sólo pude pensar, ¡Qué más puedo pedir!!!
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Sentirse feliz es tan fácil si se sabe apreciar las cosas bellas de la vida, que a menudo son tan puras y sublimes como simples y sencillas tal como lo que describes.
ResponderEliminarEn hora buena, Esteban.
Ciertamente eres un afortunado.
Un gran abrazo.
Oriana.