Pensamos en aquello
que nos pasa, en aquello que sentimos, o que hemos dejado de sentir, en aquello
que teníamos, en lo que nos hace falta, en el futuro o en el pasado, en fin, pensamos, pensamos, pensamos, cuando lo
que debiéramos hacer es exactamente lo contrario, “es dejar de pensar”.
Cuando lo hacemos, nuestra mente acostumbrada a estar activa busca entonces en
que ocuparse y los sentidos se alertan, se produce una alteración interna que
nos mueve en forma distinta, y entonces vemos aquello que estaba enfrente de
nosotros y que no veíamos pues estábamos ocupados en pensar, o escuchamos
aquello que nos decían o nos dijeron tantas veces pero que por estar pensando
no logramos captar, y es entonces cuando sentimos que logramos abrirnos como se
abren las flores al sol y permitimos que nos abrace la luz, que el cuerpo
hable, que las sensaciones se apoderen de nosotros y nos invadan las emociones.
La claridad se adentrará por esos embrollos oscuros que nos mantienen en
tinieblas, y el dejar fluir nos
permitirá entrar en conexión con el todo
y la nada al mismo tiempo, y las nubes de tormento se disiparán de tu mente. Te
invito a poner la radio, cerrar los ojos y escuchar una canción, sólo escuchar
la melodía (sin importar si conoces o no la letra) trata ahora de rememorar
cuando la escuchabas, ¿que sensaciones te producía, que sensaciones te produce
ahora? recuerda sólo estamos hablando de sensaciones, déjate llevar sin trabas,
olvídate de los pensamientos, date permiso por un instante, sólo
para sentir…aún con los ojos cerrados e independiente de la música
concéntrate ahora en tu cuerpo, en tus párpados, en tu boca, en tu cuello, en
tus hombros, en tu espalda y ándate redescubriendo físicamente, escucha lo que te dice tu organismo,
quizás tengas un nudo en la garganta, como tal vez un dolor en el cuello, y
quien te dice que tal vez tus manos te reclamen caricias, y más que pensar en ¿cuanto
tiempo no estás con alguien? es preguntarte ¿cuanto llevas sin hacer sentir a
tu cuerpo de verdad, cuanto tiempo que lo has privado de caricias puras,
cariño, dedicación? ¿Hace cuanto que te alimentas de desdichas, preocupaciones
por cosas mundanas a pesar de que no has perdido ninguno de tus cinco sentidos?
¿Qué esperas? ¿Qué te digan que vas a perder la vista? para mirar el sol, que
perderás quizás el oído para tratar de escuchar el silencio, que no podrás
oler, para concentrarte en el aroma de un café, una flor, el bouquet de la
comida, el olorcito de la piel de tu hijo(a), de tu madre, o de ti mismo, esperas
la posibilidad de quedar inválido para que sientas la urgencia de salir a
correr, caminar, o bailar. En fin, podría decirte muchas cosas más, pero de
nada servirán mientras no dejes de pensar. Anda coge un libro, mándale un
mensaje a un amigo, escribe en un papel un deseo, cómprate un chocolate, sale a
caminar, ve al cine, mira una puesta de sol o un amanecer, la luna o las
estrellas, lo importante de veras es que tengas un momento para ti, para
sentir, sólo sentir, dejando que las cosas fluyan, porque la vida se construye
segundo a segundo, minuto a minuto y tú decides a voluntad como quieres que
siga.
La vida te va
entregando minutos gratuitamente (todavía no tenemos que pagar por un día más,
un sueño más, una dicha más, una contemplación, una esperanza, un suspiro, una
respiración) sólo depende de ti si esos minutos se los pasas a otros para que
dirijan tu vida, o si los dejas olvidados, o si los canjeas por dinero o cosas,
si los malgastas siendo desdichado o si los disfrutas a tu antojo, todo, absolutamente
todo, aunque no lo creas, depende de ti.
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