La meditación (del latín meditatĭo, -ōnis) describe la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.
Sientate, acuestate o colocate apoyado contra la pared, lo importante es que adoptes la posición más cómoda y en la que puedas permanecer el más tiempo posible, luego inhala - exhala, y mientras lo repites, toma conciencia en éste acto, de tu cuerpo como el gran envase de tu espíritu, toma conciencia del tiempo presente, de tu respiración, de cada órgano de tu cuerpo y verás que algo comienza a pasar dentro de ti, sin que tú lo controles, una paz comenzará a invadirte, un letargo emocional, que se apoderará poco a poco de tu organismo, relaja tu rostro, el cuello, los hombros, la espalda, dejate abandonar y en ese estado de relajo, imagina que en el centro de tu cabeza se abre una pequeña abertura donde viertes agua tibia, deja que esa agua te recorra interiormente hasta el más mínimo rincón y toda la mugre interna liberala a través de tus extremidades, manos y pies, deja que el agua circule y fluya sin poner resistencia para que te vayas limpiando, purificando. Una vez que sientas que toda la escoria interior se ha aflojado y liberado, cierra las compuertas y por la misma abertura deja entrar ahora la energía cósmica, sentirás que la misma es más densa que el agua y a medida que va ingresando y ocupando espacio en tu organismo y sentirás una presión en el pecho, como si tus pulmones se hubiesen dilatado, y tus hombros extendidos, probablemente sentirás un peso en tus hombros, deja que las cosas fluyan, hasta que estés pleno. Entonces tu respiración será apenas perceptible, mantén ese ritmo tardío, y abandonate, dejate llevar, entregate en cuerpo y alma, tal vez ocurra algo muy especial que nunca olvidarás. De no ser así, no te preocupes, sólo regresa voluntariamente poco a poco, hasta que vuelvas a tomar conciencia, controla la respiración, mantén la concentración de la respiración y vuelve muy lentamente, abre los ojos despacios...
Sin duda la meditación, elevará tu espíritu a sensaciones más sublimes y te volverás más sensitivo ante las armonías y vibraciones de tu entorno, quizás sentirás a las flores, las aves y o los animales domésticos, camina por la playa e interna los pies en el mar y sentirás la vibración marina, creeme que no hay medio de transporte más especial que te pueda transportar en ésta vida.
Un abrazo cósmico y disfruten la experiencia.
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