Momento mágico

Ayer, después del trabajo me junté con mi hija Tania a disfrutar un café, como en tiempos pasados cuando vivía conmigo...los hijos crecen y emprenden el vuelo, es la ley de la vida. Como decía Jalil Gibran "los padres somos el arco y los hijos las flechas"...lamentablemente hay que tensar la cuerda del arco y soltarla, dejando que los hijos se vayan de tu lado (uno quisiera que siempre fueran esas pequeñas criaturitas que uno tiene que cuidar)...recuerdo cuando dormía sobre mi pecho cuando era una bebe y su naricita se llenaba de pequeñas gotitas de transpiración. Atrás quedo ese tiempo, hoy toda una mujercita me cuenta de sus sueños, de sus planes, de sus proyectos y me siento orgulloso de que sus alas estén firmes y que sepa volar sola. Estos son los momentos con los hijos, que se transforman en
mágicos y que dependen de cada uno. Le comentaba a mi hija que estoy en la etapa de mi vida, en que el vaso se ve medio lleno, en vez de medio vacío, porque cada instante por pequeño que sea, lo puedes transformar en mágico, si así lo deseas, tú y solo tú eres el mago de tu propia vida, la varita se oculta en el centro de tu corazón, solo tienes que agitarla para que todo cambie a tu alrededor. Por eso, de vez en cuando tomate un café con un ser querido, ya sea un amigo(a), un hermano, un hijo(a), etc., hace bien para el alma y va quedando en el álbum de los recuerdos, ese que algún día quedara olvidado en el desván de tu memoria, pero que será el que ojearan los que te quieren después de tu partida.

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