Es tiempo de contemplación, desde la meseta de mis años observo la llanura de mi pasado y el pasto es verde, frondoso. Entonces abro las alas de mi espíritu y planeo de vez en cuando, y me elevo a cada instante buscando la plenitud de mi vida.
Empieza a reírte de tus miedos
Quienes vieron la película "The Monsters" recordaran que los monstruos debían asustar a los niños para que estos gritaran y los gritos se convertían en energía para el mundo de los Monsters. De la misma forma, nuestros miedos deben alimentarse para mantenerse vivos dentro de uno, pero lamentablemente somos nosotros los que “decidimos alimentarlos y mantenerlos con vida” “nadie más, absolutamente nadie más, que nosotros mismos”
Quien no se ha visto alguna vez, aplastado como persona en su trabajo, ya sea por el dueño de la empresa, un alto ejecutivo, un jefe o simplemente un cliente con cierta influencia. Entonces todo se revuelve en nuestro interior, y deseamos mandar todo a la punta del cerro (como las pataletas que nos daban cuando niño), pero inmediatamente se prende la “alarma” que nos recuerda que ya no somos niños, y que hemos perdido el derecho a las pataletas. Pero yo les digo que están equivocados porque en el fondo no hemos perdido el derecho, sólo hemos dejado que nuestros miedos lo aplaquen. Seguimos con ese derecho intacto, sin lugar a dudas que ya no estamos en edad de tener la misma pataleta, pero eso no quita, que defendamos el derecho a ser respetado. Y como no nos atrevemos (amordazados por nuestros propios medios) nos ofuscamos en silencio, maldecimos a los demás, nos sentimos victimas del sistema, cuando somos nosotros mismos los que lo permitimos. En la medida, que alimentemos nuestros miedos, pensando y reforzando el fracaso, o que es mejor soportar aquello que lanzarse a lo desconocido, nuestros miedos seguirán consumiéndonos y manejando nuestras vidas.
Volvamos entonces a la película “The Monsters” y recuerden cuando la niñita llamaba al monstruo azul Sullivan “gatito”, el monstruo no había cambiado, era los ojos de la niña los que lo hacían diferente, o si prefieren, el modo en que ella lo miraba. A eso es donde quiero llegar, conviertan sus miedos (monstruos) en “gatitos” y LIBERENSE. No necesitas para ello insultar a tu jefe, o abandonar tu trabajo (al menos no de inmediato), mira, observa a tu alrededor, obsérvate, descubre tu potencial y comienza un proceso de sanación, deja que el miedo conviva contigo, pero que solo sea un “pequeño gatito”. Sólo debes cambiar tu mirada. Cierra los ojos, y dime ¿Cuántos Sullivan viven en tu mente?
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Habitación 136
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El más peligros es el sullivan es ese que somos nosotros mismos. Vi la película y me pareció maravillosa, creo que en 20 años de maternidad he visto todas las películas para chicos que no resultan ser tan para chicos, todas y cada una de ellas tienen una enseñanza para los que nos llamamos adultos.
ResponderEliminarUn abrazo grande
A mi hijo menor también le llama la atención que a mi me encanten las películas infantiles, sobretodo las de dibujos animados, y tal como tu´ bien señalas siempre tienen algo que nos deja de enseñanza.
ResponderEliminarUn gran abrazo para ti